La Casa de Andrés se sitúa en el lugar de O Chairo, uno de los ocho barrios o entidades de población de la parroquia de Ribeiras de Lea, según en el nomenclátor del Instituto Nacional de Estadística español, en la parcela 238 del polígono catastral de Castro de Rei, dentro de un circundo parcelario de seis hectáreas de esta propiedad familiar, cercano a la iglesia parroquial del Dulce Nombre de María y a la ribera de un pequeño río de llanura, el Lea, de apenas 23,5 kilómetros, que naciendo en Pol solo atraviesa el municipio de Castro de Rei y desemboca en el Miño por su izquierda, en Beloi-Ponte Vilar.

Las fincas de la Casa de Andrés suman una superficie de más de 20 hectáreas, situadas en varias parcelas de los polígonos catastrales 249, 250, 264, 265 e 266 del municipio de Castro de Rei, provincia de Lugo. Es una diversidad de fincas relativamente agrupadas, pero a las que no ha llegado todavía en esta parroquia la necesaria concentración parcelaria. Su explotación está dedicada a la producción forestal, pradería y plantación de manzanas de sidra y mesa. La producción de la masa forestal está formada por especies frondosas de chopo, fresno, abedul, roble, eucalipto y pino pinaster.

Fuente SIXPAC: https://sixpac.xunta.es/visorhtml5/. Latitud 43· 8´42.35´´N Longitud 7· 30´42.20´´W

Ribeiras de Lea, situada al sur del municipio y atravesada por el río Lea, afluente del Miño, es una parroquia tradicionalmente agrícola y que en los últimos años ha perdido explotaciones, aunque aloja sin embargo en su superficie un polígono industrial que le ha permitido mantener parcialmente población. Es una parroquia de un municipio de tierras tradicionalmente de uso agrario, que ha evolucionado en los últimos 30 años de los cultivos de siembra de temporada a los aprovechamientos intensivos de hierba y maíz para el mantenimiento de las explotaciones lácteas de la comarca, que también se han transformado con el paso del tiempo.

El municipio de Castro de Rei está ubicado en el centro de la provincia de Lugo, en la comarca de Terra Cha, con una superficie de 177 km2 y una altura media de 438 metros sobre el nivel del mar. Es el centro de una actividad ganadera y agrícola bastante dinámica, tradicionalmente impulsada por la modernización de sus explotaciones ganaderas lácteas y de carne, pero también últimamente por la incorporación intensiva de producciones hidropónicas de fresas y arándanos. En el ámbito forestal se conservan especies tradicionales frondosas junto con otras de más reciente introducción, como es el eucalipto, que están ganando espacio a aquellas más autóctonas.

Las tierras de la parroquia de Ribeiras de Lea y de la propiedad de Casa de Andrés reúnen las características de la parte baja ribereña de la comarca chairega, en general, y del municipio de Castro de Rei, en particular, a unos 400 metros sobre el nivel del mar y con un clima oceánico anual medio de entre 5 y 20 grados, donde se combinan agras arenosas más áridas con veigas de humedales y encharcamientos.

Las producciones agrícolas tradicionales de esas tierras eran las cosechas de centeno y cebada en las agras, combinando su rotación con las leguminosas de nabos para la alimentación del ganado y de las personas, juntamente con trigo, patatas, maíz, col o berzas, incluso lino para telar tejidos y prados en las tierras más húmedas, profundas y frondosas de las veigas. Producción agrícola de subsistencia que permitía a las familias mitigar las hambrunas del país y alimentar cabañas de ganado caballar, porcino, ovino y vacuno, de carne, leche y también para las yuntas de labranza de las propias explotaciones.

El trabajo agrícola se realizaba con aperos artesanos movidos por la fuerza humana y animal. De ese tipo de labores de la labranza se conservan en la casa familiar arados de palo, carros del país, gradas o rastras de madera para rastrillar la tierra, gradón, vertedera, rastrillos, yugos, máquina picadora de tojo para ganado caballar, telar de tejer lino, horno de leña, baño de salar la matanza porcina, horquillas, guadañas, azadas de cavar y herramientas de fabricación de zuecas y zuecos de madera, calzado imprescindible para los períodos invernales.

Esta explotación, como otras de la parroquia y la comarca, cosechaba anualmente dos o tres medas de haces de centeno y trigo, que se trillaban con la ayuda comunitaria de los vecinos de la parroquia, para el grano de las hornadas y la paja de abono de las cuadras de los animales. El resto de la labranza eran las siembras de los nabos, huertas, patatas, maíz, etc. Se criaba ganado de carne, terneros y novillas, y vacas para la labranza.

 

Durante los años 40 y 50 del siglo XX se criaba y comercializaba ganado caballar, que se llevaba a pie y a caballo -dos veces por año, en primavera y octubre- desde Lugo hasta el País Vasco para su venta a Francia. Para la alimentación del ganado caballar y el estiércol de las cuadras se cortaba a mano, con la hoz, el tojo de los montes. De forma parecida se realizaba la siega de la cosecha de centeno y trigo.

 

La parroquia, como la comarca, ha sufrido en los siglos XIX y XX, primero a América (Cuba y Argentina) y posteriormente, a partir de la postguerra civil, a otros países europeos (Alemania, Holanda, Suiza y Reino Unido) y a las ciudades más industrializadas de España (Barcelona, Bilbao, Madrid, etc). El mayorazgo o vinculeiro, por tradición y vinculación jurídica, es consuetudinario con la continuidad de las sagas familiares, como también es en este caso de la Casa de Andrés, en la que los otros tres hermanos (dos de los seis fallecieron muy jóvenes) de Román, el mayor, formaron familias independientes.

 

La transformación agraria de la zona comienza a notarse en la década de los años 60 del pasado siglo XX, cuando empieza a superarse la traumática crisis de la guerra civil y llega a la comarca el proyecto del Instituto Nacional de Colonización y Desarrollo Rural para transformar y repartir los montes vecinales en parcelas de pradería, orientadas a la producción ganadera láctea. Con ello llega la mecanización (tractores y segadoras de hierba) y la orientación hacia el monocultivo forrajero (prados de hierba y fincas de maíz) para la producción industrial láctea. Paulatinamente va decayendo, hasta prácticamente desaparecer, la producción de centeno y trigo.

 

El paisaje de las agras y las veigas de Ribeiras de Lea y también de toda Terra Cha cambia entre los años 80 y el tránsito de siglos. Ahora, en el siglo XXI, prados, maíz y masas forestales son lo que dibujan la geografía de estas tierras. La pérdida de población por la bajada de la natalidad y la emigración de jóvenes generaciones profesionalizadas hacia otras industrias y actividades del conocimiento ha abocado al cierre y a la acelerada alta concentración de las explotaciones ganaderas que aprovechan extensivamente las tierras abandonadas y no forestadas.

 

En ese nuevo contexto de transformación sociológica y agraria del siglo XXI se ha planteado el proyecto de la plantación de una moderna pomarada de manzanas de sidra y mesa en la finca de la Chousa de la Casa de Andrés. Como un proyecto de recuperación, valorización, sostenibilidad, continuidad y contribución a la memoria de la familia de labradores, agricultores y ganaderos de esta Casa de Andrés de Ribeiras de Lea, para la vinculación de la herencia con las raíces de las nuevas generaciones. 

© copyright 2023 Casa De Andres